"Ama al prójimo como a tí mismo".
Rumiando sobre esta
frase tan conocida es que han nacido el título y la intención de este
espacio.
Según la frase, amar al
prójimo es una actitud loable, sin dudas, e imprescindible; por el prójimo se
da hasta la propia vida. Siempre la he entendido en ese sentido, en el de no
ser egoístas, de compartir lo que tengamos, de proteger a los otros, de no
herirles intencionadamente...
A amar al prójimo me
enseñaron mis padres, sí, pero es la segunda parte de la frase la que me hace
pensar. ¿Y si su sentido más profundo no comienza precisamente por el principio? ¿Y
si invertimos su orden? No bastaría entonces con amar al prójimo... De hecho,
no se podría amar a otros si antes no hemos aprendido a amarnos a nosotros
mismos.
Esa es la parte en la que me parece que quiero investigar un poco, o un mucho, no sé. Para eso he creado este espacio: para
averiguar qué tanto de amor existe en mi relación conmigo misma, y cómo podría
ir mejorándola. ¿Será esto a lo que se han referido tantos maestros, entre
ellos Jiddu Krishnamurti, cuando insisten en que para cambiar incluso nuestro entorno mas cercano hay que
empezar por cambiarnos a nosotros mismos?
Un tema muy profundo para iniciar este blog, invertir la frase sería algo así como "si te amas a ti mismo, ama a tu prójimo".
ResponderEliminarHablando específicamente de amarme a mí misma, lo entiendo como cuidarme, atenderme pero no solamente en lo físico como puede creerse, eso también es muy importante, cuidar de nuestro cuerpo, que esté sano, bello :D, fuerte, etc., yo entiendo que debemos ir más allá, en lo espiritual, lo moral. Amarnos al punto de no permitir que nada ni nadie nos dañe, incluso nosotros mismos.
Deseo mucho que tu investigación te dé los mejores resultados.
Por acá estaré acompañándote.
De eso se trata justamente, Miriam. Voy a tratar de investigar un poco en todos los terrenos, en el espiritual y tambien en el fisico, por eso lo de "en cuerpo y alma" :)
EliminarGracias por la compañia!
Yo también creo que primero debemos amarnos a nosotros mismos y después, como agua que no se puede contener, fluirá el amor hacia los demás. Si somos sanos de cuerpo, pero sobre todo de mente y espíritu, podremos en mayor calidad, demostrar y distribuir ese mismo amor hacia los demás. Nadie puede dar lo que no tiene y cualquier otra cosa resultaría contradictoria.
EliminarEso es lo que quiero averiguar, Tere, que tan coherente son mi pensamiento y mis sentimientos con mis acciones.
EliminarLo cierto es que tengo ejemplos muy cercanos de personas que ponen a los demas muy por encima de si mismas, y el resultado no es positivo, implica una falta de auto estima descomunal...
Espero que no solo yo salga beneficiada de este estudio.
Bienvenida!
Bueno, qué interesante espacio...Y es cierto...Si uno no se ama a uno mismo, ¿qué puede hacer?
ResponderEliminar¿Y hasta donde realmente nos amamos a nosotros mismos, Emma? ¡He ahi la cuestion! ;)
EliminarBienvenida!